En busca de Bernardina

Hace unas semanas alguien puso esta foto en El foro del pan.


En la imagen se ve a una mujer, tal vez una muchacha, llevando panes al horno público en un pueblo de Extremadura llamado Deleitosa, en los años 50. La fuerza de esta imagen me dejó atónito; la manera de llevar los panes en una tabla sobre la cabeza; la forma en que la mano derecha sostiene el tablero y el pie parece empujar la puerta abriéndose camino; la misma forma de los panes, parecen ser panes de masa refinada (sobados, bregados), tal vez dispuestos en dos pisos; el suelo de tierra y las casas de tapia; el perro en segundo plano. Había algo en esta foto que me obligaba a mirarla una y otra vez, y las preguntas se amontonaban.

¿Quién era aquella mujer que respondía al nombre de Bernardina en el pie de foto? ¿Había hecho ella los panes? ¿Cómo los elaboraba? ¿A qué sabrían esos panes? ¿Dónde los horneaba? ¿Qué historia rodeaba aquel momento captado en un pequeño trozo de película? ¿Quién era el fotógrafo? Pero, sobre todas las preguntas, surgió de repente una gran duda, ¿estaría viva Bernardina? Si en 1951 tenía 18 años, como rezaba el pie de foto, no sería extraño que aún viviera y fuese una anciana con recuerdos sobre aquellos panes.

Poco después, un apunte en el propio foro aumentó aún más mi curiosidad. Resulta que la fotografía la había hecho en 1951 el fotógrafo americano Eugene Smith, durante su estancia en el pueblo cacereño de Deleitosa. Más tarde conocí que la fotografía pertenece a un reportaje titulado “Spanish Village” que publicó la revista LIFE en abril de 1951 sobre la vida en este pequeño pueblo. El reportaje mostraba la dura vida de la España de aquella época, enfatizando las miserias y el modo de vida en un lugar remoto, pobre y donde las tradiciones atávicas se mezclaban con la pobreza: la España negra que había plasmado Darío de Regoyos décadas antes. El fotógrafo buscaba crear una imagen muy determinada sobre España, y en Deleitosa encontró muchas de las imágenes que ansiaba (después también me he enterado de todo lo que despertó este reportaje). Las 17 fotografías publicadas por LIFE (se llegaron a publicar más de 20 millones de ejemplares) son parte de los cientos que el fotógrafo tiró en Deleitosa, donde convivió especialmente con la familia Curiel y la familia Larra.

Lo que comenzó siendo una fascinación repentina, se convirtió en una obsesión: debía ir a Deleitosa en busca de Bernardina.


Deleitosa aparece no lejos de la A5, tras unas curvas y un pequeño páramo; es más grande de lo que imaginaba, aunque está en recesión. En la época del reportaje tenía más de 2500 habitantes, años más tarde llegó a sobrepasar los 3000, pero hoy apenas llega a los 900.

Las calles no son de tierra hoy; un par de cigüeñas pasan el invierno sobre el campanario de la iglesia; hay muchas casas pequeñas construidas en las últimas décadas, poco lo diferencia de muchos otros pueblos.

La cortina de la puerta de entrada no ha variado mucho en los últimos 60 años y, por suerte, muchos de sus habitantes aún tienen recuerdos de aquellos días

Un domingo de enero, tras una buena kilometrada, me dispuse a encontrar a Bernardina, a seguir la pista a aquellos panes; en definitiva, a tratar de captar lo que quedaba de aquella imagen hipnótica. Los lugares han cambiado, pero con la ayuda de los vecinos pude localizar el callejón donde se encontraba uno de los muchos hornos de Deleitosa en los años 50. Aquel lugar donde Bernardina quedó retratada para siempre por Eugene Smith.

Casi sin proponérmelo me fui encontrando con personas y sus recuerdos de aquel tiempo.

Jacinto (que aparece jugando de niño en la foto del cruce en 1951 y en el callejón de la izquierda en la misma foto tomada 60 años después, en 2011) guarda muchos recuerdos de aquellos días, cuenta cómo entonces el pueblo era más chiquino; no había tiendas, todo se hacía, nada se compraba. Eran tiempos de escasez, no se fiaba. Jacinto fue el primero en recordar los panes como los de la foto. Me contó que se hacía una bolla, luego «se remetía la cintura» (para crear esa forma de dos caras) y finalmente se marcaba con un sello para saber la procedencia. En el horno, la parte de arriba “se doraba algo, pero lo de abajo estaba bueno, bueno”.

Jacinto fue el primero en recordar a Bernardina, pero no era mi Bernardina; él, como muchos otros del pueblo, recuerdan a la tía Bernardina, nacida a finales del siglo XIX, que no podía ser Bernardina Curiel por una sencilla cuestión de fechas.

Tras hablar con el párroco, Domingo, di con Reyes (y más tarde con Juan Pedro) de la Asociación Cultural Deleitosa Spanish Village, quienes me confirmaron que Bernardina había muerto. Mis pesquisas me llevaron al cementerio de Deleitosa (donde Curiel no es un apellido extraño, al igual que Barambones, Buenvarón o Soleto), pero no había rastro de Bernardina. Aunque no fuera mucho consuelo, me apetecía tener la constancia, la seguridad fría y cercana de su tumba. No soy muy de cementerios, pero tenía la necesidad de encontrarme con aquella joven del reportaje publicado pocos días antes de que naciera mi madre. Tras una infructuosa búsqueda, Reyes me confirmó que Bernardina emigró hace décadas a Francia, donde está enterrada.

Aunque no pudiera tener el testimonio vivo de Bernardina, estaba decidido a saber más sobre aquel lugar y aquellos panes. Por azar di con Florencio; él elaboraba panes como los de la foto. Esas piezas redondas y densas.

Florencio, como muchos otros habitantes de Deleitosa, posee un habla maravillosa; desgrana con suavidad los recuerdos de aquella época. Entonces se masaba en casa. Primero con los puños, en una artesa, y más tarde se pasaba la masa por unos rodillos. Mientras uno le daba a la manivela para hacer girar los rulos, el otro iba pasando la masa para refinarla. Se pasaba unas 10 ó 15 veces; tras cada pasada se plegaba y se volvía a pasar de nuevo. Por lo que pude ver, el pan refinado es muy apreciado en toda la región, recibiendo el nombre de “pan-pan”, o pan a secas. Para fermentar usaban liuda (aunque también la oí llamar luida), un trozo de masa vieja que se guardaba de una semana para otra.

En sus recuerdos la harina era blanca, de la zona, y se molía en los molinos de una garganta cercana (no lejos de Campillo de Deleitosa). No obstante, si se molía a la piedra, por mucho que se cerniera, es posible que la harina conservara un tono crema, más amarillento que las harinas actuales.

Finalmente, los panes se llevaban al horno público (había de 5 a 10 hornos en el pueblo) en unos tableros sobre la cabeza, apoyados en una pequeña almohadilla en forma de rosca. Este pan que se llamaba simplemente pan o panes, (me encanta como suena la palabra “panes” al salir de su boca) lo había en forma alargada y redonda. Por cada hornada se pagaban 2 panes.

Gracias a Reyes pude visitar el museo etnográfico de Deleitosa, una vieja casa que conserva muchos útiles, prendas y muebles que ilustran el modo de vida de entonces. Los propios vecinos del pueblo han cedido enseres de sus familias. Allí encontré la máquina de rodillos para refinar el pan de la familia de Reyes (igual que la que mencionaba Florencio), que lleva décadas sin usarse. También había un tablero para llevar panes, uno como el que lleva Bernardina en la cabeza en la fotografía, y la pequeña almohadilla acolchada en forma de rosca, el rodillo (roíllo), que usaban para llevarla con más comodidad.

Parece ser que todos los tableros eran de un tamaño muy similar; imagino que el peso de los panes y el tamaño de los hornos acabaría definiendo un estándar de tablero para pan (capacidad para un par de docenas, por lo que veo). Me gustó tocar aquel tablero, pensar en los cientos de hogazas, de “panes”, que habría acarreado; aquellas gentes llevando el pan de casa al horno.

Aquel modo de vida declinó con el desarrollo, cuando llegaron las tiendas y panaderías. Hoy en día sobreviven varios panaderos en Deleitosa: la Tahona y la panadería y churrería Gil Álvarez (de Ignacio y Almudena).

Ignacio y Almudena reconocen los panes de la foto de Bernardina (como el resto de los habitantes), pero dicen que ya hace décadas que se dejaron de hacer. Vuelvo a constatar el asombroso hecho de que aquel pan se llamaba sencillamente “pan”. Hoy en día elaboran en la panadería varias masas refinadas. El pan de picos (o de piña) típico por toda la región; en este caso Ignacio dice que este es un poco diferente, ya que se corta en fresco, nada más formarse la pieza, eso hace que se abra de manera diferente a otros que se cortan una vez fermentados. También hacen una especie de bolla con varios cortes e incisiones que hace que el pan parezca literalmente dos pequeñas hogazas pegadas. No había visto un pan así.

Ignacio reconoce que aquel pan hecho únicamente con liuda tendría que fermentar no menos de 5 ó 6 horas, y que por eso tenía menos volumen. Además, como se amasaba poco, era más pesado y correoso. Hoy en día, con levadura y 2 ó 3 horas, se consigue un volumen y esponjosidad mayor. (Yo imagino que su sabor tendría que ser, por fuerza, más acentuado.)

Salí con varias piezas de la panadería, y estuve recorriendo las calles, visitando sus bares, hablando con sus gentes (resulta que en Vitoria hay casi más deleitoseños que en Deleitosa). Al ver los panes que come la gente de Deleitosa hoy en día, me vino a la cabeza lo diferentes que parecen de los de Bernardina; me hubiese gustado saber por qué algunas cosas permanecen y otras no; por qué las mantas se siguen colgando, iguales, de las puertas, pero los panes perecen (su gusto, su forma, la manera de hacerlos).

En este pequeño pueblo de menos de 1000 habitantes existe un bar temático; trata, como no podía ser de otra manera, del reportaje de Eugene Smith.

Es curioso este pueblo; su imagen y las caras de sus gentes han dado la vuelta al mundo, esos panes de Bernardina han quedado conservados en película para siempre. Sin embargo, ese modo de subsistencia ha sido casi olvidado por los mismos que usaban sus manos para hacer aquel pan; estamos hablando de manos vivas y experiencia aún viva. Lo cotidiano cambia y se olvida (el cambio es parte de la vida, o la vida en sí). No he observado nostalgia (tampoco desdén) por aquel pan ni aquellos tiempos; nadie me ha dicho lo especialmente bueno que era en comparación con el de ahora. Todo el mundo se acuerda de que duraba una semana, pero más como un hecho cronológico que gastronómico (igual que recuerdan cómo se encendía el horno con “monte”: ramerío, jara, retama, arbustos).

No he encontrado a Bernardina, emigró a Francia y debió de ser una mujer digna de conocer (como he podido ver en este interesantísimo documental, «El americano», que he visto tras mi visita a Deleitosa – por cierto, sin prepararlo hablé con casi todo el mundo que sale en las imágenes). Un hijo que lleva su nombre (y apellido) cuenta con orgullo el carácter de aquella mujer que me ha hecho recorrer media España.

A pesar de no haber dado con Bernardina, he podido escuchar las historias de aquellos panes en otras voces. Hoy se muere la gente que habla con las palabras que no salen en los diccionarios, pero al menos el pan ha servido de hilo entre lugares y generaciones distantes. Hoy en día nadie hace pan en casa en Deleitosa, y ya no quedan hornos. Pero curiosamente ahora, en mi caso, hay un cambio inverso. Ahora cada vez somos más los que hacemos pan en casa, pero ahora lo hacemos “de vuelta”, por elección; llámese ocio, llámese devoción. Yo hago pan; ni mis padres ni mis abuelos lo hacían. De hecho, he invertido el curso natural de la vida, ya que he enseñado a mi madre, y no al revés. Me hubiera gustado escuchar la voz de Bernardina, ver sus manos y sus ojos. Tal vez hubiera encontrado en su voz la misma falta de añoranza por aquellos panes y aquellos tiempos que encontré en otras voces del pueblo. No descarto volver a Deleitosa.

Enlaces:
Las fotos del reportaje de Eugene Smith
Un interesante reportaje hecho hace poco al respecto

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47 Comments

  1. Posted 07.01.2011 at 09:37 | Permalink

    Espectacular el reportaje!
    Me ha encantado la pasión y la curiosidad que te despertó la fotografía y cómo esta te llevo a descubrir el misterio de ella.
    Enhorabuena! Excelente!!!

  2. Posted 07.01.2011 at 09:44 | Permalink

    Interesantísimo.

  3. Posted 07.01.2011 at 10:11 | Permalink

    ¡Ibán! ¡Has estado en mi tierra, qué emoción!
    Es precioso todo lo que cuentas; me da pena que en aquella época Extremadura sólo se buscara para encontrar esa imagen pintoresca de la pobreza y el subdesarrollo (lo mismo que, de otra manera, hizo Buñuel en Las Hurdes) y que, sin embargo, ahora que todo ha cambiado tanto se mire aquello con nostalgia. Como dices, así es la vida, y nos toca aprender de lo bueno que aun queda (¡y conservarlo!)
    B*

  4. Posted 07.01.2011 at 10:19 | Permalink

    Qué emotivo el reportaje de mi tierra! las cosas chiquininas son las que tienen de verdad importancia, no crees? el pan del que hablas es como de harina candeal y a mí me recuerda un montón al que había en casa de mis abuelos, hace no tanto tiempo…

  5. Posted 07.01.2011 at 10:36 | Permalink

    Felicidades!

    Si sabes hacia donde fue de Francia, me encantaria seguir con la búsqueda!!!

    Abz

  6. Jordi
    Posted 07.01.2011 at 10:51 | Permalink

    uau de admiración

  7. Posted 07.01.2011 at 10:55 | Permalink

    ostras iban qué emocionante, coño! espero que algún día todo este trabajo que haces se publique debidamente en papel, tu pasión pide a gritos encuadernarse! viva rusia y dios guarde a la bernardina!

  8. Posted 07.01.2011 at 11:46 | Permalink

    ¡Cuánta emoción y cariño se nota en las palabras, me he contagiado! Y qué bonito e importante es compartirlo después. Gracias por hacerlo con tanta sensibilidad, es un verdadero lujo.

    Leyendo la historia de este pueblo, no me quiero imaginar la de historias que quedan aún por contar en aldeas todavía más remotas que esta. Estamos tardando… 😉

  9. Koldo
    Posted 07.01.2011 at 12:02 | Permalink

    ¡Mereció la pena! Qué gozada de reportaje

  10. Posted 07.01.2011 at 12:08 | Permalink

    Jo, qué bonito, Ibán. Seguramente todo iría mejor si prestáramos atención a estas pequeñas cosas, a esta historia oculta que el tiempo borra, en lugar de caer en hypes globales. Me ha encantado.

  11. Loren
    Posted 07.01.2011 at 12:32 | Permalink

    Como siempre, impresionante, que gusto da leerte, Iban. Mi cabeza, ya está, rumbo a Deleitosa.

  12. Vir
    Posted 07.01.2011 at 13:08 | Permalink

    Me ha gustado mucho toda la historia.

  13. Posted 07.01.2011 at 13:50 | Permalink

    De momento, me he leído parte de la historia, pero cuando pueda me leo el resto. Ya al principio me ha parecido fascinante!!

    A mí también me gusta buscar el carácter de las cosas, el alma. Y la vida está llena de ellas…
    A veces hago series parecidas, vale realmente la pena.

    Gracias por compartirlo Ibán y… Urte Berri On!!

    La semana que viene, de nuevo en el Vakantie 🙂

  14. Posted 07.01.2011 at 18:22 | Permalink

    Brutal…

  15. Posted 07.01.2011 at 18:39 | Permalink

    De alguna manera, esta búsqueda en el tiempo tuya me ha trasladado a mi en el espacio. Cada año visito a mi familia en Extremadura, y con alegría veo a mi abuelo freir unos panes redondos, con cintura como los de la foto. Aunque los del pueblo de mi abuelo son más pequeños y no siempre hay porque hacen pocos.
    A esos panes, se les hacen unos cortes regulares y profundos para que absorvan el aceite mientras se frien.

    La tostá, lo llaman. Y luego se refriega con ajo, en un desayuno poderoso.

  16. María
    Posted 07.01.2011 at 19:06 | Permalink

    Vaya pedazo de reportaje! Me encantan esas fotos. Ver la misma calle…una foto sobre la otra…es buenísima..
    Mi abuela también llevaba panes a un horno público cuando era casi una niña…se lo oi contar a ella y a mi madre.
    ….Asi es…las mantas siguen colgando iguales de las puertas, y como en tantos otros sitios…, hemos dejado que lo bueno se escapara.

  17. Cecília
    Posted 07.01.2011 at 23:01 | Permalink

    De verdad, que placer leerte.
    Cuantas emociones y sentimientos se despiertan a medida que vas leyendo. Y las fotos de E. Smith…. que fuerza que tienen. Me producen una mezcla de pena, de miedo, de autenticidad. Y las tuyas al lado de las antiguas del pueblo , la viva estampa de los cambios que da la vida.
    A mi también me parece brutal este reportaje.
    Gracias por compartir este trabajo.

  18. Gerardo Talega
    Posted 08.01.2011 at 00:52 | Permalink

    Emocionante. He nacido en Extremadura y he comido ese pan bregado desde pequeño. Nunca me gustó porque no podía hacer bocadillos como los que comía cuando iba a Madrid. Hoy que vivo en un pueblo de Madrid sin Panadería echo de menos esos panes y todos los recuerdos que me vienen a la cabeza. Por suerte todavía se siguen haciendo en Extremadura y Castilla
    Pan para hacer migas. Pan para cortarlo con una navaja de Don Benito y almorzar con queso y lomo de la tierra junto a una bota de vino en mitad de la dehesa cuando está pegando el solecito y se empieza a levantar la bruma
    Muchas gracias!!!

  19. Izaskun
    Posted 08.01.2011 at 01:06 | Permalink

    Decir que he gozado es poco, ¡delicioso reportaje Iban! historia viva, contada con una sensibilidad y cariño qué emociona … todo ésto no tiene precio. Gracias por dejarnos compartir.

  20. Pepa Maca
    Posted 08.01.2011 at 04:10 | Permalink

    Conmovedor…Gracias, Ibán.

  21. igor
    Posted 08.01.2011 at 16:35 | Permalink

    Un reportaje magnifico Iban, soy un nuevo fan de este mundillo del pan y tu estas siendo mi guru, un libro abierto del que aprender. Gracias y felicidades. Dan ganas de ir a Deleitosa y recuperar esa forma antigua de hacer pan.

  22. Mercedes V
    Posted 08.01.2011 at 20:47 | Permalink

    Te leo en silencio desde hace mucho mucho tiempo. Este reportaje tuyo me ha «obligado» a escribirte y darte las gracias. Mercedes

  23. chornijlieb
    Posted 08.01.2011 at 22:13 | Permalink

    jo, qué caña de historia.
    Bernardina se sentiría halagada…
    En mi pueblo (en el Matarraña), al/la??? «liuda» le llaman «lleute».
    Cuando hablo de pan con mi abuela, siempre me dice que cuando era niña hacían el pan con lleute. 🙂

  24. Vicent
    Posted 09.01.2011 at 01:14 | Permalink

    Muy bien, pero que muy bien!

    Me ha gustado mucho, y quería comentarte una cosilla. Te he oído hablar en varias ocasiones (tele, tus vídeos, etc.), y creo que sería muy interesante que te planteases grabar una pista de audio narrando tú cada entrada del blog (igual se puede agregar, igual que se pone una imagen, no sé). Escribiendo tienes mucha fuerza, pero hablando creo que ganas.

    Saludos y a seguir así!

  25. Brigitta
    Posted 09.01.2011 at 01:32 | Permalink

    Muchas gracias, Iban por este reportaje.
    Has cruzado las barreras del tiempo y del espacio para
    contarnos esta historia.
    Un cordial saludo
    Brigitta

  26. susana
    Posted 09.01.2011 at 09:40 | Permalink

    Mi madre podria ser perfectamente la de la fotografia!!
    Ella y sus hermanas,siempre le oigo decir que esta deteriorada su espalda por los tablillos.eso si de BUJARALOZ (ZARAGOZA).Os contare una anecdota:ellas masaban el pan con mi abuela y …antes de empezar
    escobaban bien el suelo,masaban el pan y mi tia que era mas mayor
    siempre echaba una zalpada de harina al suelo(queriendo)y mi abuela la reñia y era porque despues de masar escobaban el suelo siempre con una escoba para eso y lo echaban a un saco.La harina de ese saco luego la vendian un poco mas barata y se compraban los trajes de las FIESTAS.
    Espero que te guste tanto como a mi tu historia.un saludo.
    espero que os guste tanto como a mi la fotografia.

  27. Posted 09.01.2011 at 17:25 | Permalink

    Espectacular. Es tranquilizador saber que parte de la vida de nuestros abuelos queda preservada en fotografías como estas, fotos que permitan hacer un reencuentro con nuestra historia de lo cotidiano.
    Mis padres son de dos aldeas gallegas, y mi padre cuenta que guardaban un trocito de la masa para usar como fermento para el siguiente pan. Y cuando se les perdía este fermento, mi bisabuela sabía cómo hacerlo, así que otras familias de la aldea solían acudir a ella cuando se les perdía a ellos también. Lo que me acordé de ella cuando seguía tu pdf para hacer masa madre 🙂

  28. Mª Angeles Sáez
    Posted 10.01.2011 at 10:47 | Permalink

    Como siempre, un placer leerte.
    Pero esta vez ha sido especial. Aparte de sabiduria, inquietud, devoción, entusiasmo… este relato ha tenido alma.
    Al conocerte en un curso recuerdo que, a los pocos minutos, pensé: «Ibán, de los sentidos», pues fue eso lo que tus palabras, tus manos, transmitian: el amor por el pan a través de los cinco sentidos.
    Eso mismo se ve, se huele, se saborea, se nota, se escucha en este reportaje, pero además, no se si por el traslado temporal y espacial, le impregna algo especial, el lugar, las gentes, ese sentimiento de búsqueda a través de la historia… el alma.
    Muchas gracias por tu relato, me ha emocionado. Gracias por compartirlo.

  29. Posted 11.01.2011 at 14:39 | Permalink

    Ibán, felicidades. Tu trabajo de rescate (de personas, de panes, de valores) es imprescindible y nos arrastra a muchos de los que no sabíamos que te echábamos de menos. Gracias. ¡Te seguimos!

  30. mónica iglesias
    Posted 20.01.2011 at 23:36 | Permalink

    jolín, ahora mismo lloro de la impresión

  31. Margarita
    Posted 25.01.2011 at 15:13 | Permalink

    Iban!! Qué belleza lo tuyo. Mil gracias por el disfrute y por todo.

  32. maczanita
    Posted 27.01.2011 at 13:50 | Permalink

    Alucinante.

    Llevo poco como panarra, pero fascino.

    El fin de semana aprovechando que venia mi familia a comer les hice un pan (el basico con un poco de centeno) y despues del exito, mi padre (extremeño) me cuenta historias de como hacian el pan cuando eran «chiquininos» de como amasaban y como utilizaban un rodillo varias veces para amasar. «…. ¿un rodillo para amasar?…lo hariais a mano.» le comento.

    Hoy leo tu «reportaje de investigación» y veo el «ROILLO»…….. flipo. Que razón tienen los mayores. Cuando hable con el le pedire que me cuente mas.

    Saludos.

  33. Posted 27.01.2011 at 21:41 | Permalink

    Enhorabuena, soy JuanPedro, hablaste conmigo en tu visita a nuestro Pueblo que es el tuyo, ! lo has clavado! los mayores si recuerdan aquellos panes recios y consistentes, me encanta como has encadenado las fotografias y los datos sobre Deleitosa.
    Un abrazo.

  34. Posted 27.01.2011 at 23:36 | Permalink

    Solo puedo felicitarte por este gran trabajo. Gracias por acercarnos un poco más la historia de Extremadura y sus gentes.

  35. Posted 28.01.2011 at 10:56 | Permalink

    Hola Ivan, soy el presidente de la Asociación Cultural Deleitosa Spanish Village, asociación creada, para la divulgación de la obra de Eugene Smith entre otras cosas. Quiero felicitarte y darte las gracias por el estupendo reportaje que has realizado sobre mi pueblo, pues, he sentido una profunda emoción al leerlo. Personas como tú yotras muchas, que he podido leer en esta página, nos dais fuerzas para continuar con la tarea que nos hemos encomendado. si vuelves a visitar mi pueblo, así como, todos aquell@s que lo deseeis, podeis poneros en contacto con la asociación, pues os atenderemos lo mejor que podamos atraves del correo deleitosaesmith@gmail.com.
    Muchas gracias ha sido un inmeso placer leer el reportaje.

  36. curiel bernard
    Posted 28.01.2011 at 19:09 | Permalink

    vengo de leer te, para continuar tras las historia del pan. pregunta-te como y la manera de tener las harinas y a cuanto tenia el derecho de acerlo.
    si quiere ecribir-me pide mi email a juan pedro de déleitosa

  37. Ivan
    Posted 29.01.2011 at 16:39 | Permalink

    Mas o menos a 15 km de españa aun hay muchas mujeres que llevan sus panes a cocer a los joenos publicos,en una tabla encima de sus cabezas…

  38. María
    Posted 29.01.2011 at 18:52 | Permalink

    Genial tu reportaje, me ha encantado ver mi pueblo… soy una mujer que emigró por circunstancias familiares a Vitoria, y como bien dices en tu reportaje vivimos tantos deleitoseños aquí como en Deleitosa, y es fácil encontrarse paisanos por las calles.
    Mi pueblo es fantástico, y aunque los años han pasado para todos, se siguen manteniendo un montón de tradiciones:como la matanza casera… pero además seguimos disfrutando de riquísimos dulces caseros, quesos de la tierra, panes (aunque se haya perdido el pan pan) y maravillosos embutidos… ójala que vuelvas, porque ya verás como le coges el gustillo a Deleitosa. Son muy hospitalarios.

  39. Andres
    Posted 30.01.2011 at 19:57 | Permalink

    Hola, soy Andrés un deleitoseño orgulloso de serlo, un reportaje precioso, gracias por visitarnos y dar a conoce mi pueblo.

  40. Reyes
    Posted 02.02.2011 at 19:40 | Permalink

    Hola, soy Reyes, cojonudo el reportaje, ya sabes donde estamos si quieres volver. Gracias

  41. Inma
    Posted 11.02.2011 at 13:34 | Permalink

    Hola Iván… soy Inma, otra deleitoseña orgullosa de serlo…en primer lugar darte las gracias por visitar nuestro pueblo, y en segundo lugar decirte que tienes que volver a visitarnos porque no ha terminado tu búsqueda, según mis fuentes, y fiables (pq me lo ha dicho su propia sobrina) esa señora no se llamaba Bernardina, se llamaba María (la furrica de apodo), y si que está enterrada en mi pueblo, podrás encontrarla al fin!!!
    Yo misma me presto a acompañarte, si así lo deseas; quedaríamos en la entrada del pueblo «embutidos hijas de Eduardo Nieto» y te acompañaría a conocer a su propia sobrina y ella nos llevaría a visitar la tumba… puede estar muy bien para poner un broche de oro a tu artículo. un saludo de todos los deleitoseños

  42. Posted 24.02.2011 at 17:42 | Permalink

    Bernardina nació para ser una estrella, primero en Life y después de 60 años sigue ocupando medios 🙂
    Felicidades por tu entrada.

  43. Posted 25.02.2011 at 08:35 | Permalink

    Se me ha erizado la piel, Ibán, tremendo reportaje, me ha encantado. Y ese impulso y amor por descubrir quién había detrás de esa magnífica foto, recorrer media España para ello y regalarnos este dulce, no tiene precio.

    Tienes razón que cambia las cosas: yo enseñé a mi madre no hace mucho a hacer un bizcocho casero…Con el pan no se ha atrevido todavía.

    Y qué cierto que se conserven algunas tradiciones en los pueblos y la de hacer el pan en casa se haya perdido, una pena….

    Me ha encantado haber descubierto tu blog gracias a Ajonjoli.

    Un beso

  44. sandra
    Posted 05.03.2011 at 16:32 | Permalink

    como aficionada a la fotografia y al pan casero y a la actividad rural , no puedo negar q me ha encantado el articulo…felicidades

  45. Inma
    Posted 11.03.2011 at 10:58 | Permalink

    Hooola de nuevo Iban. Soy inma de nuevo,y te explico, porque yo también me confundí: entendí a mi madre que Bernardina (que no es Bernardina,sino María) era la tía de María «la furrica», pero no, era su madre, y coincidí este miércoles con ella en el pueblo y me dijo que la lápida no tiene foto, pero que estará encantada de acompañarnos y decirnos cual es por si quieres hacer fotos; así que me repito, pero nos debes otra visita. Un saludo.

  46. Posted 05.04.2011 at 12:10 | Permalink

    Mientras espero que mi prueba de MM de espelta resurja vuelvo a Internet y de blog en blog doy con este reportaje. Me he emocionado con tu búsqueda de Bernardina… «Hoy se muere la gente que habla con las palabras que no salen en los diccionarios» pero me levanta el ánimo cuando dices «Yo hago pan; ni mis padres ni mis abuelos lo hacían. De hecho, he invertido el curso natural de la vida». Ojalá nuestros hijos sean capaces de continuar y rescatar esa calidad de vida que casi hemos perdido. Gracias.

  47. Posted 28.04.2011 at 14:59 | Permalink

    Qué maravilla de reportaje! he llegado de casualidad mientras buscaba el libro de Tartine Bread y me he quedado hipnotizado leyendo esa historia surgida a raíz de una foto 🙂

    aloha

    dani

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  1. By Mahou y lomo en Deleitosa on 07.01.2011 at 01:58

    […] En busca de Bernardina. Esta entrada fue publicada en Animal, ¿Vienes a cenar fuera?. Ir al permalink. Publicar un comentario o dejar un trackback: URL del Trackback. « Chucrut y pan […]

  2. By En busca de Bernardina on 13.01.2011 at 10:14

    […] En busca de Bernardina http://www.lamemoriadelpan.com/en-busca-de-bernardina/  por DoctorFronkonstein hace 4 segundos […]

  3. […] visitar el hilo sobre el tema que hay en el foro del pan, aquí. Y también os invito a leer esta preciosa historia que escribió Iban en su blog “La memoria del pan”. GA_googleAddAttr("AdOpt", […]

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